martes, agosto 08, 2006

Mi mamá

Yo nose cómo le hace, pero mi vieja con el pasar de los años se hace más y más experta en sacarme de quicio, critica lo que veo en la tele, lo que escucho, lo que visto, los amigos que tengo (y eso que ni siquiera conoce a las colegas), lo que estudio, la universidad en la que estudio, y así podría quedarme horas y horas escribiendo; nunca de los nuncas coincidimos en nada, no ha pasado siquiera una fucking semana desde que estoy en la casa (porque en clases ando todo el día en la u) y ya tá que jode!
En estos días me ha gritado porque dice que por qué duermo mucho, que por qué escojo el inglés en las mañanas, que ahora no hago nada en la casa; que por qué le hecho más sal a la comida que ella cocina, si así está bien; que por qué arrastro las bastas de mis jeans, que así parezco pordiosera; que por qué no limpio mi escritorio; que por qué no baño a los perros, y por último que cuándo empiezan mis clases pa que me vaya!
Ayer lunes, salimos a visitar a mi abue (la mamá de mi mamá), que vive en el centro de Lima, no suelo ir mucho porque en su cuadra hay de todo, pirañitas, borrachines, fumones, a la vuelta nomás ya hay como tres cantinas de mala muerte, y pa colmo a la vecina se la llevaron presa por vender droga (weno, tampoco es pa escandalizarse, además la vecina me caía muy bien), en fin...que mi abuela, la dulce viejecita, no le da la gana de mudarse. Por más que todos le insisten ella hace su berrinche y nadie la mueve de su casa. Yo supongo que le trae buenos recuerdos, incluso a mi me trae buenos recuerdos, he jugao los mejores carnavales, y he pasao las mejores navidades de chibolita, antes de que se viniera tanto delicuente, claro está.
Después de visitar a mi abue, mi vieja quiso ir a comprar al Mercado Central, como eran entre las 6 y 7 de la noche, normal acepté (aunque si decía que no, igual íbamos), llegamos a Mesa Redonda y mi mamá empezó a hacer sus compras, o mejor dicho a mandar a su muchacha a que vaya a preguntar precios: "Isa, anda corre y pregúntale al Sr. cuánto están esos secadores", nose porque mi mamá todavía quiere que vaya corriendo a hacer las cosas, "anda corre y compra una bolsa que esta está muy llena", "anda corre y mira qué hora es en esa tienda", "anda corre a comprarle los pastelitos que le gustan a tu papá", y tanto para que mi mamá después se acerque al vendedor de todas formas porque le encanta regatear. En fin, ya eran como las 9, y mi vieja se acuerda que el propósito de ir al centro era comprar toallas, así que a esa hora nos pusimos a buscar, después de haber preguntado nose cuántas tiendas y puestos, mi mamá quiere volver al primer puesto donde preguntamos porque resulta que ahí estaba más barato, así que ahora no buscamos las putas toallas, sino el puto puesto, que al parecer se lo tragó la tierra porque no lo encontramos, y como ya era tarde todo estaba cerrando, así que al final mi vieja no compró las toallas de mierda. Nose a qué hora habremos salido, pero ya no habían ni policias, ni muchas tiendas abiertas, estábamos en la Av. Abancay, los choros, mi mamá y yo; y mi queridisisima madre quería esperar a que pase el bus que la llevara directo a la casa, asi que le dije que espere sola, que yo me iba en dos buses con todas las bolsas, nose con que cara me habrá visto pero me hizo caso. (Al fin gané una). Llegamos a casa sanas y salvas, yo con un humor perro y con un hambre tremendo porque la tacañasa no me invitó nada, y mi vieja feliz de oreja a oreja por todo lo que había comprado a buen precio.

2 comentarios:

Marea dijo...

Tus post me hacen cagar de risa, escribes muy bien. Entiende a tu viejita debe de estar pasando por la meno, mi vieja en esos años era insoportable. Te compadezco y sigue contando.

Anónimo dijo...

jaja qe gracioso